Publicado en Poemas

Llamado

Bajo las cobijas de concreto
una escultura mueve solo los ojos

La misma pesadilla desde hace veinte años

Se elevó lejos de los juguetes
levitó hasta una ventana
y golpeó tres veces con el puño 

La estampita del Sagrado Corazón
no atendió el llamado

Se quedó petrificada
y no volvió a bajar a la sala
ni a jugar

Agosto de 2020

Publicado en Poemas

Fog (Again)

en la pared hay un dibujo
de dos personas abrazadas
y sin manos
que por cabeza comparten un solo tachón

la maraña de pensamientos
entrecortados
entreconfundidos y entrearrepentidos
surge de dos cuerpos reclinados sobre sí
que descansan brevemente
de sus respectivas cabezas

al no tener manos
el hueco al final del abrazo
será definitivo
y como un remolino
el tachón se partirá en dos
para acompañar a cada creador
al márgen opuesto del papel

las identidades permanecerán ocultas
los rostros, desfigurados
sin corrección después del trazo en falso

claramente
la dibujante ilustraba la niebla
sobre la que canta Thom Yorke
mientras se sentía caminar sobre la cuerda floja
que es su voz
y a veces creía que rozaba con la espalda
las teclas del piano
sedosas y apetecibles al tacto

somethings will never wash away
se oye cantar

algunas cosas nunca se irán,
de algunas cosas nunca nos libramos,
como de los abrazos
sobre todo cuando acaban,
de la niebla mental,
o de las imágenes de la luz tenue en una habitación
iluminando un rostro entristecido
unas manos caídas
puestas alrededor de una cintura
que se acerca
una mirada que quiere
esquivar todas las palabras
y unas palmas ávidas de llegar hasta la nuca
recorriendo lentamente el pecho y los hombros

al respirar el mismo aire
uno de los equilibristas puede caerse
sin remedio
o ambas bocas pueden entreabrirse
para recibir un beso
que estaba a la espera
desde hace semanas

debajo del dibujo hay tres tallos de bambú
verdes y alegres
uno de ellos hace una espiral
como la canción de Radiohead
y al lado, en la pantalla de la tele
se refleja un rostro

en los ojos se lee preocupación:
somethings will never wash away

aunque aquí no hace tanto calor como en la playa
hay menos brisa para cerrar los ojos
y llenarse los pulmones de un optimismo necesario
cuando se entra a una batalla que no se quiere pelear
ni ganar

no hay arena mojada en los pies
para masajear la consciencia de que
la vida continúa
y las personas se van quedando atrás
por el camino;
es normal
el agua borra las huellas
aunque no los pasos,
lo dicen el tiempo y el mar

tampoco hay silencio que permita
columpiarse en la propia incoherencia
ni escudarse en la (in)decisión
aunque cada noche
nos traicione

se ve que respira
el reflejo en la pantalla,
pues se le levantan las clavículas
donde solía recostarse la cabeza
que quiso ser borrón

somethings will never wash away
se oye cantar

4 de agosto de 2023

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la llanura devuelve

la llanura devuelve
el eco de los vientos
persistente
como las turbinas de un avión

en las hojas de los árboles
jóvenes y verdes
el viento es en cambio
un susurro amable
una compañía apenas insinuada

en los pulmones de aquel transeúnte
el aire puede ser dificultad para
andar con tantos años encima

a mí me faltan dos meses exactos
para cumplir veintiocho

ya no me parecen tantos
estando aquí sentada

el sol aún me besa la piel tersa

23 de julio de 2023

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Bosque de la Alhambra

Dejo reposar toda esta belleza
sobre mis hombros y párpados
La dejo asentarse y que expulse
el aire quieto de mis pulmones
Que me sumerja entre las piedras
hasta llegar al sonido del agua
Que me atraviese y vea más allá de mí
No quiero interferir

Solo puedo entristecer
al entregarme a toda esta calma
Rendirme, dejar, no luchar
Ni siquiera moverme

En este silencio de agua, hojas y aves
me extingo con los ojos cerrados

No es tristeza, es una derrota
inmensamente reconfortante

3 de febrero de 2022

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Salón de té (Juan Gustavo Cobo Borda, 1979)

Leo a los viejos poetas de mi país
y ninguna palabra suya te hace justicia.
Ni nube, ni rosa, ni el nácar de tu frente.
El pianista estropeará aún más
la destartalada melodía,
pero mientras te aguardo,
temeroso de que no vengas,
Bogotá desaparece.
Deja de ser este bazar menesteroso.
Ni la palabra estrella, ni la palabra trigo,
logran serte fieles.
Tu imagen,
en medio de aceras desportilladas
y el nauseabundo olor de la comida
que fritan en la calle,
trae consigo algo de lo que esta tierra es.
En ella, como en ti, conviven el esplendor y la zozobra.